Chúpate los dedos con una nueva versión de las cremas de siempre. Una crema catalana con castañas, el ingrediente de temporada. Una repostería en su punto y que además está entre el top 5 de mis preferidas a la hora de modelar un menú irresistible en este noviembre nostálgico y hogareño. No se puede pedir más.
De niña, me encantaban los momentos compartidos, y sentarme junto a la una mesa abarrotada de familiares. Mis hijos al haberse criado en una familia numerosa, no podían vivirlos de otra manera. Siempre he observado a mi abuela materna cocinando para las grandes ocasiones y para las pequeñas. Trataba de descubrir sus secretos; la veía amasar harina y, de ese modo, aprendía a la vez con ella y eso mismo hacen mis hijos con mi madre y conmigo.
Con el tiempo la cocina se ha ido convirtiendo para nosotros en una auténtica pasión, en concreto la repostería y aún más la tradicional, que es la que apreciamos más. Al fin y al cabo mi madre y yo nos hemos criado en una familia asturiana que ha sabido transmitirnos importantes nociones de tradición y placer, además de excelentes recetas. La cocina constituye un estimulo para la creatividad. Nos pone de buen humor invitar a amigos a casa, cocinar para ellos y adornar la mesa. Nuestra especialidad son los dulces. Cada uno de nosotros aprovecha los viajes para experimentar y descubrir nuevos platos.
El amor por la mesa, por la buena comida y por el ambiente que se construye en torno a ella provienen principalmente de nuestros recuerdos infantiles, que son los más especiales, pero también de nuestros hábitos actuales. Son placeres que esperamos seguir viviendo y degustando mucho tiempo.
Ingredientes para esta deliciosa crema de castañas catalana:
400 ml de crema de soja a la vainilla
200 ml de soja natural
6 claras de huevo
130 g de azúcar moreno de caña
170 g de mermelada de castaña (o 120 g de crema de castaña)
Elaboración:
Pon a hervir en un cazo a fuego moderado las cremas de soja. Mientras, bate las claras a punto de nieve y 80 g de azúcar y añádeles la mermelada de castaña, mezcla con la soja caliente. Bate, y vierte la crema en un cazo cocinándola a fuego lento durante 5 min (sin dejar de batir y sin que hierva). Cuando empiece a espesarse, apaga el fuego, reparte la crema en 8 cazuelitas, déjalas enfriar y luego métela en el frigorífico 4 horas. Espolvorea el azúcar restante y carameliza la superficie con un soplete de cocina.
¡A disfrutar!