Un delicioso y adorable pastel enrejado de frambuesas, fácil de preparar, para tus meriendas en el campo o días en los que poder celebrar lo que sea, con tal de estrenar tu cesta de picnic y tus moldes maravillosos, en este caso me enamoré de un molde de Emile Henry, que por supuesto no pude resistirme a fotografiarlo.
A continuación te expongo los diferentes nombres que recibe este agradable pastel enrejado:
Tarta Linzer o Lincertorte, su procedencia es de Austria y Hungría, ambos con una amplia cultura pastelera y en países hispanohablantes es muy conocida como pasta frola. La receta más antigua de Tarta Linzer fue encontrada en el Codex 35/31 de 1653 en el archivo de la Abadía de Admont.
Y aprovechando que mi jardín ha decidido ser amigable concediéndonos unas maravillosas y dulces frambuesas, he decidido rellenar este apetitoso pastel con ellas. Mi pequeña familia y yo tenemos el proyecto de unas pequeñas prácticas agroecológicas, haciendo comida sostenible, que conlleven un importante impacto positivo en sus beneficios nutritivos y medioambientales.
Te invito a realizar esta pequeña cadena de valor alimenticia.
¡Vamos a por ese momentito de felicidad con este delicioso pastel enrejado de frambuesas!
Ingredientes para el enrejado:
125 g de harina fina
60 g de mantequilla fría en dados
2 Tbsp de agua de agua muy fría
2 Tbsp de azúcar
Mantequilla para untar el molde
Harina para espolvorear en la mesa o añadir a la masa si fuese necesario
Ingredientes para el relleno:
250 g de frambuesas
El zumo de un limón
150 g de azúcar
Elaboración:
Comienza preparando el relleno. Lava las frambuesas y ponlas en un cazo a fuego medio junto con el azúcar y el zumo de limón. Remueve durante unos 20 minutos aproximadamente sin romper las frambuesas, en el caso de que desees el relleno en mermelada sin trozos de fruta, pásalo posteriormente a la cocción por un colador. Retira del fuego y déjala entiviar.
Ahora toca el turno del pastel o si lo prefieres puedes realizar pastelitos pequeños.
Prepara la masa quebrada de la siguiente manera:
En un bol amplio o en una superficie de trabajo añadimos la harina, la mantequilla, el azúcar. Con las puntas de los dedos, o entre las palmas, vamos frotando la mantequilla y la harina para integrarlas, formando migas del tamaño de un guisante. Debemos trabajar deprisa para que no se desarrolle el gluten en la harina ni que se funda la mantequilla. Añade el agua muy fría y forma una bola. Envuelve en papel film la masa e introdúcela en el frigorífico durante 30 minutos.
Pasado el tiempo estimado, estiramos la masa entre dos láminas de papel vegetal con la ayuda de un rodillo, dejando un grosor de unos 0,5 cm. Cubre la base del molde elegido con la masa, presionando bien, y recorta el exceso pasando un cuchillo por encima. Lleva la base al congelador mientras precalientas el horno a 200º C.
Si te ha sobrado suficiente masa para hacer el enrejado con los recortes amasa otra vez y extiende la masa o si ves que te vas a quedar corta prepara otro poquito de masa. El enrejado lo puedes hacer de la siguiente manera:
Corta la masa en tiras de 1 cm de ancho usando un cuchillo afilado o un cortador de pasta con forma. Elabora el enrejado levantado las tiras alternas de masa y colocando una tira en perpendicular. Baja las tiras de la masa que habías subido y sube las que quedaron abajo. Repite el proceso hasta acabar con la masa y obtener el enrejado. Recorta con el tamaño del molde y déjala enfriar en el congelador para que no se deforme o saca la base de masa que estaba en el molde, rellénala con las frambuesas y haz el enrejado encima.
Independientemente de la fórmula que elijas, los bordes deberás pincelarlos con un poco de agua para sellar y que no se salga el relleno al hornear.
Barniza la masa con mantequilla fundida y espolvorea el enrejado con un poquito de azúcar.
Hornea unos 10 minutos.
¡A disfrutar!
